viernes, 10 de diciembre de 2010

After FLIA

La FLIA fue más de lo que había esperado. Fui con Car, Juan y Pablo, me encontré con un par de personas que conocía de otras ferias, conocí a otras personas nuevas que están en esta movida haciendo comics o libros, y hasta la tuve a Fernanda Laguna a 2 metros de distancia (con mi mochila llena de todo lo que pude conseguir de ella). O creo que era Fernanda Laguna. Pero estoy casi convencido de que sí (idéntica a esta foto, y encima le gritaron "Eh, Fernanda!"). Igual soy tímido y muy poco cholulo así que no llegué a abrir la boca.

El estacionamiento recuperado de la Fac. de Sociales parecía el escenario de algún gran juego FPS urbano. Graffitis increíbles por todas partes, y escaleras que subían enroscadas hacia algún lugar que no era el cielo. El sol partía el día al medio como a un sánguich. Una chica con una botella de plástico iba ofreciendo mojarle la cabeza a quienes quisieran, y muchos querían, sin pedir nada a cambio. Y de fondo sonaba música latinoamericana y había un micrófono abierto y todos los sonidos dejaban a la ciudad en otra parte. Era como entrar en un balneario de cemento situado en el mundo de Amores Perros pero sin que la política fuera ficción o edulcorante, algo muy real, no sé si me explico. (Wen, cómo es que se llama ese cine? Cine poronga? Bueno, esto era cine poronga pero con política real).
Como dice Pablo, era una dimensión alternativa. Era también el lugar exacto donde quería estar. Logré conseguir muchos de los poemas de FL (eso ya lo dije) y también unos cuantos libros de Eloísa Cartonera --gracias por el póster! (en unos días quiero escribir sobre esto).

Por todas partes, lo que se respiraba era cultura libre y el calor que subía del asfalto, que tal vez sean lo mismo en una ciudad como esta. Nos quedamos un buen rato hablando con la gente de Panxa, que está a punto de publicar el comic Nación Zombie, con quien compartimos (al menos) un gran dibujante: el Capitán Manu. Espero que en algún momento colaboremos todos en craniar y publicar algún proyecto copado.

Y entre muchas otras cosas, volví a encontrarme con Sebastián de la editorial No te tomes tan en serio. Está haciendo unos libros muy interesantes, y algo que no es menor: le encontró la vuelta a la edición por demanda para generar formatos muy interesantes. Esa es una búsqueda que vengo cursando hace tiempo. (Porque no sólo la tapa, sino el libro, también entra por los ojos). Recuerdo, hace mucho, alguien central en la industria editorial (¿quién sería?) se burlaba de los escritores que suben su obra a blogs. Cómo esperan ser publicados, decía esta persona, si están quemando todo lo que escriben: no suban nada a blogs. Cada día me siento más lejano a esa cultura y más cercano a la cultura independiente, o mejor digamos libre: libre de todas esas ataduras, libre de garronear hasta una ojeada a tu productito si primero no ponés plata, libre para compartir lo que hacés con otros y que los otros compartan con otros lo que hacés. Momentos como la FLIA sirven para no tomarse tan en serio, es decir para tomar en serio otras cosas que vienen con la escritura y la publicación pero que no tocan ni de cerca a la mega industria editorial. Espero, dentro de poco, tener yo también un stand en este festival, porque mientras Car y yo volvíamos a casa, y sentía que este no había sido un viaje más corto que el que alguna vez hizo Marco Polo o Erik el Rojo, le dije que nunca tuve tantas ganas de publicar algo, lo que sea, con tal de tener alguna excusa para montar un stand. Al fin, me dijo ella, que además de linda es sabia.


UPDATE: Las fotos (salvo la de FL) las sacó Pablo, que sí llevó cámara. 



No hay comentarios: